miércoles, 20 de octubre de 2010

Menores de cinco años ya sufren problemas crónicos debido a una mala dieta

15.000 personas padecen enfermedades inflamatorias intestinales en la Comunitat Valenciana

Cada vez hay más casos y a edades más tempranas. Las enfermedades inflamatorias intestinales (EII) han dejado de ser una dolencia rara y afectan ya a 15.000 personas en la Comunitat. Alrededor de 900 son niños pequeños. «En la actualidad, entre el 20% y 25% de todos los nuevos diagnosticados tiene menos de 16 años y hasta un 6% ni siquiera ha cumplido los 5 años, una franja de edad que hasta ahora presentaba una incidencia anecdótica», alerta el doctor Joaquín Hinojosa, jefe del Servicio de Medicina Digestiva del Hospital de Manises, donde ayer se reunieron enfermos de EII con motivo del Día Mundial de la Alimentación.

El abandono de la dieta mediterránea explica en buena parte que el número de pacientes con la enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa se haya duplicado en la Comunitat desde los años 80. «La comida rápida contiene una gran cantidad de conservantes y grasas polisaturadas lo que altera el equilibrio de nuestras defensas, rompiendo su efecto barrera contra las enfermedades», explica el especialista.

Los estilos de vida, y sobre todo, el estrés, también influyen en las EII, no en su aparición, sino que producen que se repitan los brotes. Pero los expertos barajan la posibilidad de que haya personas genéticamente predispuestas a padecer estas enfermedades. «Eso explicaría la aparición en niños muy pequeños», matiza Hinojosa. Además, los expertos vaticinan que en la región se duplicará la incidencia de estas enfermedades durante la próxima década. Pero hay otro dato preocupante. Unos 5.000 ciudadanos de la Comunitat no saben que sufren estas patologías porque los síntomas son inespecíficos. Y el tiempo juega en su contra.

La colitis ulcerosa puede confundirse con hemorroides, ya que el paciente sufre diarrea y sangre en las heces. «En la enfermedad de Crohn cuesta todavía más de diagnosticar porque puede padecer solo dolor abdominal persistente y cuesta más de evaluar», comenta el doctor Hinojosa. El retraso oscila entre los tres meses y el año. Cuánto más tarda en diagnosticarse, más probabilidades hay de que el afectado tenga complicaciones.

laverdad.es

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